martes, 27 de marzo de 2012

Reflexiones que uelen a final

Compartiendo opiniones con algunos compañeros y compañeras tanto de especialidad de máster como de centro de prácticas me he dado cuenta de la disparidad de vivencias, sensaciones y opiniones que puede generar un periodo de prácticas que, a priori tiene un objetivo común para todos los estudiantes.

Es divertido como, en una misma tarde, después de hablar sobre un mismo tema con tres personas puedes encontrar opiniones tan opuestas.

Esta misma mañana durante mi descanso del patio, comentaba con una compañera de centro como estaba contando los días para que se acabara aquel suplicio que estaba pasando junto a su tutor de prácticas, no congeniaban bien, ella no estaba convencida de haber aprovechado en absoluto este periodo de prácticas y estaba realmente molesta con la suerte.

Una vez de vuelta de mi jornada de prácticas en el instituto compartí opiniones por teléfono con uno de mis compañeros de especialidad de máster, él no estaba tan disgustado con la suerte ya que tenia buena relación con su tutor pero éste era demasiado pasota, me contaba que le había dejado demasiada responsabilidad de golpe y que tenía la sensación de estar de sustituto de un profesor que no está de baja y además que no le ofrecía ningún tipo de feedback por lo que había ganado gran experiencia en el aula pero bajo ninguna supervisión lo cual acaba por ser poco útil.

Acto seguido y mientras que fotocopiaba unas hojas bajo mi casa me encontré una estudiante del máster de otra especialidad, con ella también acabé hablando de lo mismo como si el discurso universal fueran las prácticas y no la crisis. Ella, persona con la cual nunca antes había hablado, me abrió su corazón y me confesó que no quería dejar el centro donde estaba haciendo las prácticas, le había encantado, había tomado cariño a los alumnos y profesores del lugar y que solo de pensar que el final del periodo de prácticas estaba cerca le entraba el bajón... De este modo me paro a pensar en mi periodo de prácticas, me da la impresión de que ha sido "más normal" y no sé si sentirme afortunado o por el contrario algo desmotivado por no haber llegado a sentir tanta afinidad por mis grupos de alumnos así como de los profesores.

En conclusión, un día curioso el cual me lleva a pensar que cada uno marcamos el ritmo de todo lo que hacemos, de la misma manera aprovechamos o desaprovechamos nuestras experiencias. Es interesante el haber tenido este periodo de prácticas como final en nuestra formación como docentes ya que, como personas adultas y libres, hemos sido cada uno de nosotr@s los que hemos decidido que prácticas vivir, formar más o menos parte de la vida del centro y en definitiva llevarnos la mochila medio llena o medio bacía.