miércoles, 11 de enero de 2012

Actividad 1

Reflexión del texto: La formación inicial del profesorado de EF: en busca del significado profesional perdido. (Carmina Pascual,1999) 

Hasta este año no me había cuestionado demasiado la formación que desde la carrera había o estaba recibiendo. He podido comparar nuestro plan de estudios con los de otras facultades en las que estudié a lo largo de la carrera tanto en España como fuera del país. Llegue a vagas conclusiones en las que pensaba que una formación general inicial para más adelante ser dividida en especialidades (docencia, gestión, rendimiento, salud) podría ser mejor  o al menos más interesante para la formación como futuros profesionales. De esta manera y a diferencia de la primaria y secundaria, el estudiante podría escoger que estudiar para profundizar más sobre un tema lo cual repercutiría positivamente sobre su motivación e interés. En definitiva no creo que el plan de estudios que seguimos los estudiantes de nuestra promoción fuera el mejor pero no vale la pena gastar tiempo en ello, dado que en la actualidad está modificado por el grado que al menos reduce los años lectivos a cuatro con lo que da más opciones a la futura especialización como por ejemplo con el Máster en educación secundaria.
Pero considero más importante que la estructura del plan de estudios y los contenidos, como y de qué forma se imparten los mismos. Después de la lectura me viene a la cabeza la siguiente comparación: Un profesor o profesora que imparte una clase de Macroeconomía en la Facultad de Económicas y otro profesor o profesora que da una clase de cualquier asignatura que forme parte de un plan de estudios de cualquier formación para futuros docentes, bien sea el profesor de Didáctica de la EF de la Universidad de Magisterio o la profesora de orientación del TAFAD. Está claro que tanto uno como otro transmitirán un conocimiento, pero podemos encontrar varias diferencias entre ellos: El primero, en la mayoría de los casos solo transmitirá dicho conocimiento y nada más, por otro lado su enseñanza solo pasará de sus manos (las del profesor)  a las de sus alumnos. El segundo deberá transmitir conocimiento, claro está, pero también deberá transmitir  valores como la democracia, igualdad, equidad, solidaridad, cooperación, libertad, sentido crítico y reflexivo entre otros.  Por otro lado remarcar que en este caso y a diferencia del profesor anterior la enseñanza pasará  de sus manos (las del profesor) a las de los alumnos que a su vez en un futuro la transmitirán a más alumnos, en este caso podríamos decir que nos topamos con un “profesor de profesores”.
En mi opinión y en general el profesorado encargado de formar educadores debería tener en cuenta que su enseñanza nunca podrá ser igual que la de cualquier otro profesorado y en concreto el profesorado encargado de formar educadores físicos debería de tener en cuenta que aparte de todo lo anterior nuestra área cuenta con  un mayor número de posibilidades y alcance por el hecho de llevarse a cabo en un contexto diferente y  ser mayoritariamente práctica.
Después de tener un contacto con la realidad educativa me da la impresión que hemos olvidado el objetivo principal de la educación física, estamos acomodados en una forma de actuar como si de un bucle se tratase, es importante  reflexionar y volver a los orígenes como comenta  Pascual (1999). De ahí la importancia de analizar las necesidades, carencias, contextos que conviven en la sociedad actual para de ese modo evolucionar y adaptar la formación de los docentes hacia el cambio, cosa la cual es ignorada por parte de los creadores de los planes de estudio.
Para finalizar creo que todos los profesores de educación física tenemos en nuestras manos una posibilidad de pequeño cambio, desmintiendo todo lo que se vende en los medios de comunicación en cuanto al culto al cuerpo y los falsos valores que se transmiten desde el deporte de alto rendimiento como las faltas de respeto, la competitividad, el doping etc. Y fomentar valores de gran importancia para la formación de futuras personas preparadas para convivir en sociedad. Para ello solo necesitaremos profesores implicados, bien formados, que amen su profesión, que estén al tanto de la actualidad y evolucionen sin esperar nada demasiado palpable a cambio.

2 comentarios:

  1. Buen comentario mamonazo!! jeje. Comparto en muchos aspectos tu punto de vista, como se notan esos 5 añitos de compartir clase...

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  2. En efecto el compromiso ético y social que poseen los docentes con sus alumnos, resulta vital en una sociedad cada vez más deshumanizada. Priman en los planes de formación del profesorado, los conocimientos científicos y se echa en falta la formación personal y humana. Como comentas, y en relación al artículo, esto supone investigar, analizar y reflexionar sobre la praxis para adaptarla mejor a los nuevos contextos que se presentan y no quedarnos el mero hecho de la transmisión de conocimientos teóricos-prácticos.

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