La semana pasada fue una semana de prácticas completa para mí. La relación con mi tutor de prácticas es fluida, le ayudo en lo que puedo a la hora de plantear las sesiones y de establecer la programación. Por otro lado colaboro con otra profesora y jefa de departamento la cual tiene bachilleratos y los PQPI también asisto a alguna de sus clases y le ayudo en todo lo que está en mi mano durante las sesiones.
El jueves pasado asistí a mi primera reunión de departamento para tratar el tema de las porterías y canastas (inexistentes en nuestro centro). Al comenzar la reunión se acercó con no muy buena cara el tercer profesor del departamento, con el había tenido un mínimo trato cordial, pero a la vista de su malestar y que estaba dispuesto a irse a casa, me ofrecí voluntariamente a ayudarle ya que yo tenía que estar por el centro. Dicho profe al oír esto reaccionó y me pidió si podía cubrirle, me explico rápidamente que es lo que estaba haciendo con ellos, me armó con el “tamagotchi” para pasar lista y se marchó a casa. Los grupos eran de 3º y 4º de la ESO y la unidad didáctica que estábamos trabajando era la de Balonmano. Con las pautas que me había dejado y recordando el balonmano que di en 3º de la carrera monté las clases. Cierto es que estamos muy acostumbrados durante la carrera a tratar grupos, entrenar equipos y demás situaciones de enseñanza pero no me podía imaginar lo que podría cansar tratar con grupos que vienen desmotivados de estar estudiando cinco horas contenidos que les interesan más bien poco…
Hoy comienza la última semana del primer periodo de prácticas, ya estaba pillándole el gusto, la verdad que se me va a hacer cuesta arriba volver a las clases del máster.
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